jueves, 29 de marzo de 2012

EL SIGNIFICADO DEL DIBUJO


El otro día leyendo la revista Quo del mes de Marzo, encontré una noticia muy interesante, y quiero compartirla con vosotros, a ver que os parece:

El titular decía: MÁS DEL 85% DE NIÑOS QUE VIVEN EN CASA DE ACOGIDA DIBUJAN UN ÁRBOL CON AGUJERO.

¿Que significa esto?. En psicología se hacen test para comprobar los daños que puede afectar a las personas en determinadas situaciones por las que están pasando. Son test que dependiendo  de como y de que forma dibujen un determinado objeto, diagnostican sus estados psíquicos. Yo expondré los que afectan a la infancia, pero existen varios para representar diferentes situaciones en las distintas etapas del ser humano.


EL TEST DE LA CASA
Este test representa el carácter global de la personalidad del niño.
Casa grande. Refleja extraversión y afectuosidad. Si es pequeña: introversión, necesidad de autoprotección, dificultad en las relaciones o sentimiento de inferioridad.
Casa alargada. Es una señal de la necesidad de crecer. Si es baja, refleja sentimientos de opresión, angustia y preocupación. Cuando se dibuja una casa en dos niveles, es señal de que se posee un buen nivel cognitivo.
Casa vallada. Indica introversión y desconfianza. Si está cercada con formas puntiagudas puede significar disposición a defenderse a toda costa.
Con jardín. Denota una personalidad extravertida, sensible y abierta a los demás.
La puerta es el elemento que regula la entrada a nuestro espacio vital. Omitirla puede ser despiste, o bien bloqueo y necesidad de aislamiento con respecto al mundo exterior.
Si está Cerrada (excepto en niños pequeños, ya que abrirla requiere mayor habilidad), delata introversión y miedos. Cerraduras: culpabilidad y temor a ser juzgados.
Una puerta grande refleja necesidad de dependencia o una generosidad extraordinaria. Una puerta en cada lateral: confrontación entre dos miembros de la familia. Si se ubica a un lado, se trata de una persona selectiva y con sentido crítico.

EL TEST DEL ARBOL
Es usado en caso de violencia familiar y abusos infantiles.
Este dibujo de una niña de 16 años, paciente de la consulta del psicólogo Sergi Banús, es pequeño y con formas pobres, y tiene un agujero en el tronco. Podría hablarse de retraimiento y carencias afectivas.
Tamaño. Un dibujo diminuto es síntoma de retraimiento e incluso fragilidad emocional. Si ocupa toda la hoja: extraversión, alegría. Excesivamente grande: excentricidad, baja aceptación de las normas y agresividad.
Un árbol pequeño. Denota precaución, modestia. Alto: inquietud por crecer, ambición e idealismo. Con ancho proporcionado: equilibrio, templanza.
Raíces. Si se dibujan muchas, denota apego positivo a la madre y/o familia. Representan también los cimientos para una personalidad afectivamente sana. Si el tamaño es desproporcionado: búsqueda angustiosa de estabilidad emocional. Su ausencia sugiere inseguridad emocional.
Suelo. Suele omitirse hasta los nueve o diez años. A partir de esta edad, expresa el modo de afrontar la vida. Firme y bien trazado: claridad de ideas, voluntad de crecer. Ondulado: sensibilidad y tendencia a evitar enfrentamientos. En zigzag: entusiasmo y cierta agresividad. Ausencia: fragilidad y desesperanza.

Tronco. Recto: rigidez, disciplina. Con líneas onduladas: flexibilidad, sociabilidad. Líneas muy retorcidas: sufrimiento emocional, sentimientos de culpabilidad.   Muy delgado. Revela inestabilidad, poca iniciativa, debilidad.  Un tronco Grueso es señal de firmeza, autoridad, energía. Pero si ese grosor es excesivo, revela exaltación del yo, terquedad, autoritarismo.
Ramas. Hacia arriba: optimismo, extraversión. Acabadas en punta: impulsividad, agresividad, necesidad de defensa. Hacia abajo: pesimismo, decaimiento, desasosiego. Con refinamiento: sensibilidad, con tendencia a la tristeza. Ramas ascendentes y descendentes: falta de criterio, inestabilidad, sumisión, presencia simultánea de euforia y desaliento.
Copa. Pequeña: Introversión, miedo timidez. Grande: imaginación, idealismo, extraversión. Excesivamente grande: exhibicionismo, vanidad, falta de control de la fantasía. Proporcionada: equilibrio, realismo, reflexión.
Hojas cayendo del árbol. Señal de timidez, melancolía, susceptibilidad.
Presencia de frutos. Significa generosidad, capacidad de trabajo, sociabilidad. Si están en el suelo: decepción, inquietud, agitación emocional.

EL TEST DE LA FIGURA HUMANA
Esta prueba ha permitido investigar casos de maltrato y evaluar su impacto emocional. En un estudio en una zona marginal de Lima (Perú) con 60 niños víctimas de castigos físicos, se apreció mayor frecuencia de brazos cortos y omisión del cuello, rasgos que sugieren retraimiento, ansiedad, timidez, falta de autocontrol.
Si la figura se sitúa en el centro de la hoja, cabe pensar en una persona positiva, con equilibrio emocional y facilidad de adaptación.
Formas reales y proporcionadas: Cuanto más lo son, mayor es el equilibrio emocional.
Riqueza de rasgos: capacidad cognitiva.
Silueta inclinada, cabeza pequeña, manos seccionadas, estética grotesca, omisión de brazos, piernas y/o pies: refleja Inseguridad y sentimientos de impotencia.
Sombreado de la cara, el cuerpo y/o las extremidades, piernas juntas, omisión de ojos y presencia de lluvia, nubes o nieve revelan ansiedad.
Figura pequeña, brazos cortos y/o pegados al cuerpo, sin nariz, boca y/o pies: revela timidez, conducta retraída, vergüenza y tendencia a paralizarse ante cualquier adversidad.
una figura desnuda, con dientes, brazos y manos grandes, es señal de ira, resentimiento y tendencia a atacar verbal o físicamente.
Rasgos faciales omitidos o poco detallados. Son un indicio de depresión, inadaptación, sentimiento de abandono u olvido.
Cabeza cortada por falta de espacio. Señal de impulsividad, tendencia esquizoide y otras patologías, si está acompañada por adornos, como la Luna o el Sol, refleja una personalidad soñadora, cariñosa y comprensiva.
Presencia de dientes definidos, pelo de punta y brazos y manos grandes. Denota la existencia de tendencias agresivas.


EL TEST DE LA FAMILIA
Es una prueba que se aplica a niños y adolescentes a partir de cinco años
Un trazo fuerte y líneas con movimiento amplio expresan pasión, violencia. Pero si es débil y con trazos cortos,  revela timidez o frustración.
Ocupación del espacio. Dibujar en la parte inferior del papel puede asociarse con depresión y apatía. En la superior, con personalidades soñadoras e imaginativas. Los espacios en blanco a menudo reflejan inhibiciones. Un dibujo grande es señal de confianza en uno mismo. Pero si es excesivamente grande y con trazos impulsivos, revela un exceso de vanidad o menosprecio hacia los demás. Un dibujo pequeño (sobre todo en un rincón del folio) es señal de indefensión, timidez, desazón, desconfianza. En casos extremos, depresión, ansiedad u otros trastornos emocionales.
Líneas. Curvas y variadas se interpretan como espontaneidad, vitalidad y lazos de apego. Si son rectas, implican racionalidad e inhibición de la espontaneidad.
Estructura del grupo. El orden, el tamaño y los detalles expresan la importancia que tiene cada miembro en la estructura familiar. La distancia entre las personas dan también una idea del grado de afectividad entre ellos. Si alguno queda alejado del grupo, puede indicar deseo de apartarlo, por temor, celos, etc. La no presencia de algún personaje es un síntoma de hostilidad hacia el mismo.

Orden de los personajes. Generalmente empiezan con el que despierta mayor admiración. Si se dibuja a sí mismo en primer lugar, expresa egocentrismo. 

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